por José Calero
Un déficit comercial que se proyecta este año por encima de los 10.000 millones de dólares y la fuga de capitales récord de 3.120 millones durante enero conforman un cóctel potencialmente explosivo para la sustentabilidad de una economía que no termina de despegar.
Si a esto se suma el acelerado endeudamiento, que volverá a escribir otro capítulo este martes cuando se lancen dos nuevos bonos, y que ya viene haciendo sonar alarmas con la multimillonaria colocación de Lebacs -llegan a 1,27 billones de pesos colocadas en el mercado-, sobran motivos de preocupación para el gobierno.
La balanza comercial dejó un déficit de US$ 986 millones en enero, casi 20 veces mayor al del mismo mes de 2017 (-51 millones).
Fue producto de que las importaciones crecieron 32,1%: subieron tanto la compra de bienes de consumo como los insumos para la producción nacional, mientras las exportaciones avanzaron apenas 10,7%.
El déficit de la balanza comercial se encaminaría en 2018 hacia los US$ 10.000 millones u US$ 11.000 millones, de acuerdo con las proyecciones de las consultoras Ecolatina y Abeceb, respectivamente.
Aún así, en el Ministerio de Hacienda hacen una lectura optimista: “Las exportaciones alcanzaron su mayor valor para un enero desde 2013 y su mayor volumen, en cantidades, desde 2008”, afirmaron a la agencia NA.
Cerca de Nicolás Dujovne destacaron que “uno de los principales factores de aumento fue la venta de manufacturas industriales. Crecieron 29,6% interanual, el mayor aumento desde agosto de 2011”.
Sobre el alza de las importaciones no hubo tanto despliegue verborrágico, pero consideraron que son un “reflejo del crecimiento”.
En la city, según el BCRA, enero registró, además, la mayor fuga de dólares por turismo desde la convertibilidad, impulsada por la temporada de vacaciones en el exterior.
Los gastos en dólares por viajes y pasajes, y las compras al exterior por internet totalizaron u$s 1.567 millones durante el primer mes del año, casi un 10% más que en enero de 2017.
El 70% de los dólares comprados el año pasado fueron girados para cancelar deuda con compañías internacionales emisoras de tarjetas.
El dato no deja dudas sobre cuál es uno de los mayores placeres y objetos de deseo aspiracional de los argentinos: recorrer el mundo. Y parece que todavía son millones los que pueden hacerlo, a pesar de la “crisis”.
La otra “obsesión” es comprar on line algunos de los miles de productos que ofrecen a precios de remate compañías que suelen tener base en China y otras delicias asiáticas donde el trabajo es casi esclavo.
Los argentinos hasta encargan prendas de alta gama a “modistos” asiáticos enviando un sinnúmero de medidas de su cuerpo para que les lleguen perfectos hasta vestidos de novia.
Increíble pero real.
“Sobre la base de información de empresas emisoras de tarjetas, se estima que de lo girado al exterior en 2017 para saldar deudas, un 85% correspondió a gastos vinculados con viajes de argentinos en el exterior y el 15% restante a bienes o servicios recibidos por argentinos sin haber viajado (u$s 1.300 millones)”, consignó el último reporte sobre mercado de cambios del BCRA.
Pero el dato más ilustrativo para saber el resultado de gastos turísticos en el país es el publicado por el Indec, junto con la balanza de pagos, que para 2017 arrojó una salida neta de u$s 7.900 millones. Se podría resumir en una frase: “A vacacionar en el exterior que se acaba el mundo”.
Se estima que un 40% de los gastos de argentinos en el exterior en 2017, alrededor de u$s 4.000 millones, fueron en bienes, cuyo rubro principal es indumentaria -pueden dar fe los cientos de miles de familias que hicieron “turismo shopping” a Chile-, seguido por artículos del hogar y supermercados, mientras que el 60% restante fue en servicios, como hoteles, transporte y restaurantes”.
A la hora de los números más duros, en enero el BCRA le compró de manera directa al Tesoro de US$ 3.000 millones, mientras entidades junto con el resto de los organismos del sector público vendieron US$ 500 millones y US$ 430 millones, respectivamente, que fueron adquiridos por clientes del sector privado a través del mercado de cambios.
Con estos movimientos, las reservas internacionales del BCRA se incrementaron en US$ 6.969 millones durante enero, alcanzando un máximo histórico de US$ 63.906 millones el 11 de enero último, y cerrando con un stock a fin de mes de US$ 62.024 millones.
Fue tal la movida alrededor del dólar en alza en enero, que el volumen operado totalizó US$ 51.994 millones (US$ 2.363 millones en promedio diario), nivel que representó “un nuevo máximo en la historia del mercado de cambios, al superar en 4% el nivel de diciembre”, indicó el BCRA.
(*): Especial para NA.